The effect of workfare policy on social movement mobilizations

Comprando paz social: la distribución de planes sociales durante los gobiernos de Cristina Kirchner y Mauricio Macri

“…Otra serie de estudios sostiene que el aumento en la distribución de planes sociales responde al incremento de las protestas (Auyero, 2002;Lodola, 2005;WeitzShapiro, 2006;Giraudy, 2007;Calvo y Moscovich, 2017), al fortalecimiento de los movimientos sociales (Garay, 2007;Franceschelli y Ronconi, 2009) y a los vínculos partidarios más fuertes con ellos, incluso durante gobiernos de centroderecha (Niedzwiecki y Pribble, 2017). Otra parte de esta agenda de investigación sostiene que los gobiernos utilizan el gasto social discrecional para apaciguar las protestas (Cloward y Piven, 1977;Garay, 2016;Schipani, 2019).…”

Buying stones: Welfare spending and protests in Argentina, 2008–2019

“…Presidents also allocate these funds to punish political challengers (Fenwick & González, 2021), or, in the context of high levels of protest and economic constraint, to appease voters , through clientelism and political patronage (Calvo & Murillo, 2013; Fenwick & González, 2021, p. 288). For this latter group, an increase in the distribution of social programs is the result of intensified protests (Auyero, 2002; Calvo & Moscovich, 2017; Giraudy, 2007; Lodola, 2005; Weitz‐Shapiro, 2006), stronger social organizations (Anria & Niedzwiecki, 2016; Franceschelli & Ronconi, 2009; Garay, 2007), and stronger partisan links with them, even during Center‐Right governments (Niedzwiecki & Pribble, 2017). This literature makes valuable contributions, but we claim that it has two main shortcomings: first, it does not provide convincing accounts as to why protests influence the nature of the policy response—whether that demand will be fulfilled via programmatic (e.g., increasing the minimum wage) or discretionary spending (e.g., social subsidies) (Fenwick & González, 2021, p. 288).…”

«Todos unidos triunfaremos…». Nuevas dificultades para la unidad electoral peronista*

“…Sin lazos laborales que unifiquen sus intereses e identidad y sin sindicatos que los representen, los trabajadores informales y desocupados eran, hasta entonces, una rara fuente de conflicto social. Sin embargo, los planes sociales actuaron como catalizador de una creciente acción colectiva; entre 1997 y 2003, el país experimentó un promedio de 137 acciones de protesta por año por parte de los movimientos de desocupados y trabajadores informales (Garay, 2007;Franceschelli y Ronconi, 2009).…”