Resumen Las arquitecturas en tierra representan globalmente las primeras transformaciones del medio por las poblaciones humanas. En Uruguay, los cerritos, montículos indígenas en tierra, son la manifestación más temprana y amplia de paisaje construido. Los resultados de las intervenciones arqueológicas en el sitio Isla de los Talitas aportan al conocimiento de los procesos de formación y dinámicas de construcción y uso. El abordaje macro y micro estratigráfico caracterizó los diferentes estratos y unidades interfaciales asociados a fases formativas, estableció cronologías y aspectos funcionales de diferentes momentos de construcción y ocupación. El enfoque más amplio en el montículo TALQ28 reveló una superposición de episodios de adición de volumen con superficies de actividad, episodios de uso y momentos de discontinuidad temporal. Una tecnología constructiva es evidenciada mediante la producción de sedimentos antropogénicos, preparación de restos de hormigueros, suelos, tierras quemadas y materiales de desecho en la secuencia constructiva, junto con procesos alternos de uso, mantenimiento y limpieza. Este patrón se muestra como tradición constructiva durante tres mil años, y significa estas arquitecturas, persistentes y referenciales, con ocupaciones recurrentes y perdurables. El contexto supone la emergencia de estructuras sociales con una organización comunitaria, manejo ecológico del entorno y conocimiento transmitido en sus formas de habitar.