“…Debido a que diploides y triploides presentan una apariencia externa idéntica en la mayoría de las especies (con excepción de algunos híbridos interespecíficos), se han empleado varias técnicas se han empleado para facilitar su identificación (Maxime, 2008). Estas técnicas están basadas en el incremento en el número de cromosomas, o bien en el incremento resultante en el tamaño de la célula o del núcleo (Benfey & Donaldson, 1988;Nai-Hsien et al, 1993;Thomas & Morrison, 1995;Tiwary et al, 2004;Maxime, 2008;Alcántar-Vázquez, 2010). Algunas de estas técnicas incluyen análisis de cariotipos (Thorgaard et al, 1981;Thorgaard, 1983;Arai et al, 1991;Tiwary et al, 1997), medición celular y nuclear de eritrocitos (Benfey et al, 1984;Arai et al, 1991;Purdom, 1993;Pradeep et al, 2011;Olele & Tighiri, 2013), método de tinción de nucléolos con plata (Gold & Ellison, 1982;Al-Sabti, 1995;Thititananukij et al, 1996), citometría de flujo (Allen, 1983;Chao et al, 1993;Lamatsch et al, 2000;Alcántar-Vázquez et al, 2008), electroforesis de proteínas (Balsano et al, 1972;Liu et al, 1978;Shimizu et al, 1993), examinación de rasgos morfológicos (Thorgaard, 1983;Gomelsky et al, 1992;Hussain et al, 1995;Tiwary et al, 1999) y por último, citofotometría microscópica (Komen et al, 1988).…”