“…[14][15][16] En estudios previos, la elevación de la aminotransferasa de alanina en el recién nacido ha demostrado una alta especificidad para predecir el riesgo de encefalopatía hipóxico-isquémica, mientras que un incremento en la lactato deshidrogenasa resulta un marcador altamente sensible para daño celular. [15][16][17] El incremento en las concentraciones séricas de estas enzimas, así como sus patrones diferenciados de aclaramiento en plasma, pueden servir como marcadores predictivos de encefalopatía hipóxico-isquémica en neonatos con signos de sufrimiento fetal en el periparto. 1,[15][16][17] La importancia de establecer el diagnóstico oportuno de la asfixia neonatal radica en la posibilidad de efectuar ciertos procedimientos terapéuticos que reducen la probabilidad de que el neonato tenga secuelas neurológicas, en particular la hipotermia terapéutica; sin embargo, las ventajas neuroprotectoras de esta medida disminuyen rápidamente si se retrasa su aplicación, solo habiéndose demostrado ventaja si se inicia en las 6 horas posteriores al evento de asfixia.…”