Resumen: Para optimizar la aplicación de fitosanitarios, el IVIA ha desarrollado una herramienta de recomendación de volumen de caldo para las aplicaciones mediante turboatomizadores en cítricos: CitrusVol. Esta herramienta permite ajustar el volumen de caldo a las características del cultivo, al tipo de plaga o enfermedad y al tipo de producto fitosanitario. El objetivo de este trabajo fue validar CitrusVol para el control de la araña roja, Tetranychus urticae Koch, en clementinos, dado que es una de las principales plagas del cultivo. Para ello, se compararon los tratamientos fitosanitarios siguiendo las recomendaciones de CitrusVol con los tratamientos realizados de manera convencional por la explotación. Se evaluó, por un lado, la distribución del caldo en la copa estimando el porcentaje de recubrimiento. Por otro lado, se determinó la eficacia de los tratamientos, para lo que se realizaron muestreos previos y posteriores a los tratamientos fitosanitarios y se determinó el porcentaje de hojas sintomáticas ocupadas por araña. Los resultados mostraron que con el empleo de CitrusVol se consiguió una reducción media del volumen de caldo de 33,5 %, lo que implicó una reducción del recubrimiento con el volumen ajustado respecto al convencional. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en el porcentaje de hojas sintomáticas ocupadas por araña roja en función del volumen de caldo aplicado. Esto permite concluir que la eficacia fue la misma y que el volumen recomendado por CitrusVol es adecuado para el control de esta plaga en clementinos.Palabras clave: Tetranychus urticae, clementino, recubrimiento, turboatomizador
IntroducciónA pesar de los notables avances en el control biológico de plagas y enfermedades, la aplicación de productos fitosanitarios (PPP) sigue siendo el método más común para proteger los cítricos. Los equipos habitualmente empleados en estas aplicaciones son pulverizadores hidráulicos asistidos por aire, comúnmente conocidos como turboatomizadores. En estos equipos más del 50 % del caldo pulverizado se puede perder al suelo o la atmósfera como resultado de la deriva, evaporación, escorrentía y/o lavado de los productos [1].Con el fin de mejorar la eficiencia de estas aplicaciones, se está trabajando en la racionalización de las mismas ajustando adecuadamente la cantidad de producto según las necesidades reales y las condiciones específicas de la aplicación (vegetación a cubrir, plaga a controlar, pesticidas usados y maquinaria). De esta manera se trata de evitar la práctica común de hoy en día de aplicar grandes cantidades de producto para garantizar resultados, sin tener en cuenta que esto normalmente conlleva una liberación excesiva de productos que permanecen en los alimentos y contaminan el medio ambiente, y que también aumenta los costes. En este