“…Se ha señalado que cuando las personas atraviesan por intensas situaciones críticas en su vida, suelen recurrir también con mayor frecuencia a Dios y a ciertas conductas religiosas como la oración (Coleman et al, 2011;Kelley & Chan, 2012) y, al parecer, estos recursos han resultado ser eficaces; el afrontamiento religioso ha sido reconocido como un importante recurso adaptativo (Pargament, 1997citado por McConnell, Pargament, Ellison & Flannelly, 2006. Distintos investigadores han reportado que la vida espiritual suele generar efectos positivos en enfermos crónicos, en casos de depresión (Cotton Larking, Hoopes, Cromer & Rosenthal, 2005;Sorajjakool, Aja, Chilson, Ramirez-Jhonson & Earll, 2008), VIH (Ironson, Stuetzle & Fletcher, 2006), cáncer (McCoubrie & Davis, 2006), entre otros padecimientos.…”