“…Algunas de estas dan una visión general (con limitaciones) de la coagulación, y otras son tan precisas que dan cuenta del reemplazo de incluso un solo nucleótido en extensas secuencias de genes de proteínas relacionadas con este sistema. Paradójicamente, cuando tenemos tantas pruebas para analizar diversas variables de un fenómeno complejo y dinámico, nos enfrentamos a un reto de selección como clínicos, en el cual debemos hacer el mayor esfuerzo por elegir pruebas de alto valor diagnóstico, evitando los falsos positivos, falsos negativos o peor aún, la irrelevancia y futilidad de exámenes que demandan una logística y costo importantes [3,4]. Debemos reconocer que, a pesar del progreso científico, persiste el reto de conciliar el conocimiento teórico, usualmente representado en didácticos diagramas de la "cascada de la coagulación", con la realidad práctica y biológica (in vivo), que no es para nada escalonada ni secuencial.…”