“…En este contexto, irrumpe en el debate político cómo se podría mejorar el proceso democrático y, al mismo tiempo, algunos autores realizaban propuestas basadas en el mecanismo del sorteo, como posible complemento para mejorar el funcionamiento democrático (Fishkin, 1995;Manin, 1998;Buchstein, 2015;Moreno Pestaña, 2019;Ganuza y Mendiharat, 2020). Muchos de estos autores partidarios del sorteo buscan la inspiración en las formas en que este sistema fue debatido e incorporado ya en la democracia clásica ateniense, hace más de dos mil años (Bouricious, 2013;Sintomer, 2017;Van Reybrouck, 2017). Este renovado interés en el sorteo, que está surgiendo desde hace unas décadas, no se podría entender si no se pusiera al otro lado de la balanza la profunda crisis de la democracia representativa en el siglo XXI (Lopez-Rabatel y Sintomer, 2020).…”