“…El reconocimiento anatómico y taxonómico se llevó a cabo a partir de consideraciones sobre la distribución biogeográfica de los moluscos y la identificación de características distintivas de los exoesqueletos, tales como: morfología, color, escultura (ornamentación: patrón en relieve de la superficie del exoesqueleto), contorno de la concha, disposición del ápice, características del peristoma, de la abertura, entre otros. También se analizó la presencia de evidencias de manufactura, como presencias de estrías, perforaciones, pulidos e incisiones y las siguientes variables tafonómicas: preservación del color, líneas de desecación, signos de abrasión, presencia de fisuras, grietas y/o fracturas, exfoliación, bioerosión, marcas de raíces, presencia de carbonatos, disolución y termoalteración (Álvarez Fernández, 2006(Álvarez Fernández, , 2009Claassen, 1998;Di Lorenzo et al 2022;Gutiérrez Zugasti, 2008Hammond, 2013Hammond, , 2014Leonardt, 2014Leonardt, , 2016aMoreno Nuño, 1994). Los artefactos formatizados fueron clasificados según su morfología y etapa de elaboración en cuentas, pendientes y preformas.…”