Las universidades iberoamericanas son un gran éxito social y están en el mejor momento de su historia como motor del pensamiento científico. Pero no todas. Algunas de ellas quedarán obsoletas si no se adaptan a las fuerzas tecnológicas inevitables. Para evolucionar hacia una universidad híbrida expandida, se precisa de una gobernanza abierta, con gestión emprendedora y sentido de empresa. La universidad debe rediseñar su campus físico y virtual, establecer una relación diferente con sus profesores y estudiantes, repensar los estímulos de la comunicación científica, dialogar mejor con el mercado laboral, e integrar la analítica de datos en beneficio de su sistema decisional. También debe promover prototipos híbridos con innovaciones de frontera como blockchain y la inteligencia artificial, así como estar preparados para otras novedades tecnológicas disruptivas que sucederán en los próximos años.