ResumenEl músculo cuenta con interrelaciones muy importantes con otros órganos como el corazón, hígado, cerebro y tejido adiposo. Su desgaste, conocido como sarcopenia, se ha asociado a los diferentes tipos de cáncer durante el tratamiento, lo que condiciona incremento de la toxicidad derivada tanto de la quimioterapia como de la radioterapia. Lo anterior provoca retrasos del tratamiento y ajustes no deseados de las dosis del mismo que impactan negativamente la supervivencia de los pacientes con cáncer. Existe evidencia que sugiere que la sarcopenia persiste aún en la etapa de supervivencia condicionando un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes y en su productividad laboral. Se conocen diferentes mecanismos fisiopatológicos a nivel celular y molecular involucrados en la sarcopenia en el cáncer que muestran cada vez con mayor claridad una relación bidireccional tanto positiva como negativa entre el cáncer y el músculo.