“…Además, la quinua se ha clasificado en variedades dulces y amargas, de acuerdo al contenido de saponinas (Vega-Gálvez et al, 2010), metabolito secundario que se sintetiza a partir de la biosíntesis de ácido acético que se transforma en ácido mevalónico, tras pasar a farnecil pirofosfato y formar una molécula de escualento que es capaz de convertirse en una sapogenina triterpénica o sapogenina esteroidal (Szakiel, Paczkowsky y Henry, 2011), es así como la estructura de compuestos sapogénicos se encuentra constituido de una molécula de aglicona unida mediante un enlace glucosídico a un azúcar (Ahumada, Ortega, Chito, y Benítez, 2016), generando cerca de treinta diferentes saponinas que son construidas mediante la combinación de azúcares y agliconas presentes en tallos, hojas, semillas, panojas y flores, e influenciadas por las condiciones de suelo y clima, que son determinantes de la cantidad de estos compuestos y que permiten la adaptabilidad a factores bióticos y abióticos (Apaza, Smeltekop, Flores, Almanza, y Salcedo, 2016).…”