“…La propuesta de aplicación del modelo de capacidad de acogida pretende ser, primordialmente, un diagnóstico territorial (Gómez, 2007) que, en términos funcionales, se instrumentaliza con fines de planificación, es decir, busca que el conocimiento e interpretación de la dinámica espacial evite el establecimiento de usos por demanda. En este punto se resalta la aplicabilidad e idoneidad de este modelo con respecto a otras alternativas, en primer lugar, porque no pretende ser explicativo de localización de actividades, usos del suelo y sus efectos, como es el caso de aquellos inspirados en el modelo de anillos concéntricos de von Thünen (Walker, 2001;Caldas, et al, 2007;de Carvalho, 2013;Phelps, et al, 2013;Wästfelt y Arnberg, 2013), en la teoría de la localización de Alfred Weber (Scott y Angel, 1987;Witlox, 2000;McCann y Sheppard, 2003;Lall y Chakravorty, 2005) o en la teoría de los lugares centrales de Walter Christaller (Pumain y Saint-Julien, 2014;Wanmali y Islam, 1995;Dennis, et al, 2002;Openshaw y Veneris, 2003; Barnes y Minca, 2013). De la misma manera, dado que el embalse ya está construido y lo que se pretende es utilizarlo como potencial para el desarrollo de otras actividades, no es posible determinar la asignación de usos del suelo con modelos de optimización de localización en SIG, como es el caso de la programación lineal con técnicas heurísticas (Fernández, et al, 2013;Delgado-Osuna, et al, 2016;Haque y Asami, 2014;Datta, et al, 2006).…”