En el contexto actual de alta competitividad con mercados abiertos al comercio y la globalización mundial de la economía, es de vital importancia para la buena marcha de las organizaciones tener en cuenta factores tales como la creatividad y capacidad de mejora de los sistemas de producción, que inciden en la calidad de los productos y servicios que ofrecen. La integración entre lo social, lo económico y lo ambiental tiene cabida dentro de toda organización, puesto que ella tiene participación en los tres ámbitos. Hoy en día, las organizaciones además de contar con sistemas de gestión de forma integrada, se deben preocupar por la aplicación de principios de Responsabilidad Social, que evidencien su preocupación no sólo por ofrecer productos de buena calidad, sino que puedan demostrar su preocupación por la conservación del medio ambiente y por los derechos y el bienestar de sus trabajadores. Con el paso del tiempo, las empresas se dieron cuenta que, la Responsabilidad Social Corporativa generaba ganancias a aquellas que incursionaban en dichos temas como parte de su quehacer, puesto que esto implicaba una fuerte revisión de sus procesos y de cómo los estaban ejecutando, en bien no sólo de la generación de más beneficios económicos, sino del bienestar tanto de sus empleados como de la sociedad en general y de la repercusión en el medio ambiente. Según, Porter y Kramer (2002, 2006), existe una convergencia de intereses entre la filantropía pura y el negocio puro, que puede generar beneficio social y económico. Según ellos, la Responsabilidad Social Corporativa puede constituirse en una ventaja competitiva diferencial que ya están utilizando las empresas líderes y que, por el contrario, mantener unas malas prácticas puede suponer graves perjuicios en actividades empresariales con buena eficiencia económica. Escándalos financieros empresariales a nivel mundial, plantearon la necesidad de retomar la ética empresarial, para recuperar un valor importantísimo para las empresas, como es la confianza de sus clientes, inversionistas, proveedores y en general todo el que tenga que ver con ella, los grupos de interés o stakeholders. Estas situaciones que se han presentado a nivel empresarial, han generado la necesidad de volver la mirada al interior de las organizaciones, analizando no sólo sus valores sino su Ética Empresarial.