“…La literatura científica ha respaldado la importancia de estas estrategias para la prevención de contagios, como lo planteado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el uso de mascarillas, el lavado frecuente de manos y la desinfección de sitios; (19) así también varios estudios demostraron que estas prácticas en entornos educativos tienen un impacto significativo en la reducción de los mismos. (8,9,10,15,20) El mantenimiento de estas rutinas en las instituciones educativas debe ser permanentes y rigurosas; (21) además de acompañarse con la limpieza regular de áreas comunes como patios, pasillos, gimnasio, aulas, laboratorios, bares, comedores, oficinas y demás espacios; también objetos de uso compartido como computadores, sillas, escritorios, recursos didácticos, elementos deportivos y de laboratorios, para reducir la carga viral en entornos educativos. (22) Estas prácticas de limpieza son coherentes con las directrices de organizaciones de salud en el mundo.…”