“…En consecuencia, la perspectiva del consumo sustentable responde a una conducta consciente y responsable del ser humano (Parekh y Klintman, 2021), la que busca disminuir el efecto negativo del consumismo, mercantilismo e irracionalidad, pasando al desarrollo de estadios para la construcción de acciones que afecten de manera positiva la sociedad y el ambiente (Pimdee, 2021); la que considera la protección de la humanidad en cubrir sus propias necesidades, sin el desmedro de las posibilidades de las generación futuras en satisfacer sus propias necesidades. En este contexto, el consumo sustentable tiene sus bases en valores como la empatía, ética, justicia y solidaridad, la que se fortalece con los principios de la responsabilidad social (Romero-Argueta et al, 2020), dando paso al consumo sustentable socialmente responsable (Severino-González et al, 2021). Lo antes señalado, puede ser analizados desde el enfoque de la consciencia fáctica y la conducta; en tal sentido, el estudiante universitario experimenta procesos-como todo ser humano-que lo define y redefine desde la dimensión personal, educativa, profesional y social (Cabana, 2020), desarrollando su consciencia social, gracias a la integran de componentes afectivos, cognitivos y conativos (Hamed, 2021), para dar paso a la manifestación de nuevas y diferentes conductas.…”