“…Durante los siglos XVI y XVII, la profusión editorial que experimenta Europa, tras las mejoras introducidas en un invento chino (Franke y Trauzettel, 1973: 176;Mosterín, 1993: 80) para la edición en masa, la imprenta, se puso en circulación una ingente cantidad de obras en las que los discursos andalufóbicos ocuparon un espacio importante (Cano Aguilar, 2009;Rodríguez-Iglesias, 2022). La explicitud de esta ideología, donde confluyen racismo lingüístico, social, cultural y ontológico -como más adelante vamos a desarrollar-, da cuenta de una conformación bastante madura: esto es, la condición de posibilidad para que el discurso contra el andaluz y Andalucía esté conformado ya en el siglo XVI está en el periodo inmediatamente anterior.…”