“…Dinámicas de esta naturaleza también tienen lugar de parte del personal de salud que puede brindar un trato no empático (Denno, Hoppes & Chandra-Mouli, 2015) o restar capacidad de decisión a la mujer (Rodríguez-Vignoli, 2011, Rojas-Ramírez, Eguiguren-Bravo, Matamala-Vivaldi, Palma-Manríquez y Gálvez-Pérez, 2017. Este tipo de relaciones, donde las jóvenes son infantilizadas, son producto de lógicas que estereotipan a las adolescentes como indefensas, frágiles y desamparadas que requieren depender de un adulto (Busso, 2001, Dides & Fernández, 2016, Miranda-Palacios, 2018, Mori-Quispe et al, 2015 y que, por tanto, promueven en ellas el desarrollo de una baja autoestima y sentimientos de inseguridad como madres (Bravo et al, 2017, Rodríguez-Vignoli, 2011, Rodríguez-Vignoli et al, 2017.…”