“…Al respecto, Lillian von der Walde dice que -para el dolor por la pérdida de un ser querido, no obstante, se requieren manifestaciones corporales muy ostensibles del sufrimiento, pues éstas hablan tanto del propio yo como del del fallecido‖. 74 En ambas mujeres está la desesperación, el dolor y algunos movimientos llamativos no adecuados para su clase; sin embargo, es justificable esta reacción por la pérdida de su amor.…”