En este artículo se analizan las narrativas históricas construidas por 115 alumnos de secundaria de un colegio del sur de Chile, con el fin de evaluar los niveles de desarrollo del pensamiento histórico que aplicaron en el análisis de cuatro evidencias relacionadas con la historia de los pueblos originarios de Chile (1850-2020). Se utilizó el análisis de contenido para identificar los conocimientos de primer y segundo orden del pensamiento histórico y explicar, a partir de la tipología propuesta por Rüsen, el modelo de narrativa desarrollado en los relatos. Se concluye que la mayor parte del alumnado tiene una formación histórica débil, ya que el estudio de sus narrativas indica que el 93,1% alcanza un nivel aprendiz e intermedio, es decir, posee un conocimiento superfluo de contenidos declarativos o cuenta con una articulación equilibrada entre estos y uno o dos aprendizajes de segundo orden. Este perfil coincide con el fuerte predominio de las narrativas tradicionales, donde el 84,4% de los estudiantes con nivel aprendiz elaboraron relatos caracterizados por un discurso histórico superficial, descriptivo y carente de una epistemología disciplinar propia.