Rentabilidad microbiológica del lavado broncoalveolar en la Unidad de Endoscopia Respiratoria del Hospital Universitario 12 de Octubre

Lavado broncoalveolar y diagnóstico de enfermedades respiratorias bajas

“…Hacia finales de la década de 1960, se describió la técnica de lavado broncoalveolar (LBA) con broncoscopio flexible, cuya finalidad es principalmente diagnóstica, y en ocasiones, terapéutica. Su uso se extendió al estudio de las infecciones respiratorias bajas, y con ello al laboratorio de microbiología al finalizar los años ochenta, con la aparición del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA); y continuó afianzándose en la década siguiente con la necesidad de mejorar el diagnóstico de los pacientes con neumonía asociada a la ventilación mecánica (NAV) [5,6].…”

“…En este también se aprecia el tamaño, morfología, captación de colorantes, agrupación, y la relación numérica que hay entre las células, así como la presencia o no de sangrado, y el depósito de sustancias en el espacio intersticial o alveolar. La mayoría de los pacientes toleran muy bien el procedimiento, sin embargo, es invasivo, y su realización requiere de personal especializado y entrenado, por lo que su repetición no es habitual [4,6].…”

“…Las características del LBA, los recuentos celulares y los patrones observados en la muestra, sugieren o descartan, con un nivel de certeza variable, diferentes tipos de afecciones pulmonares: crónicas y agudas, vasculares, intersticiales, alveolares, de origen ocupacional o ambiental, adquiridas o congénitas, inflamatorias, oncológicas o inducidas por fármacos, entre otras. Específicamente, en el campo de las infecciones, el LBA es la técnica de elección para el diagnóstico de aquellas que comprometen las vías respiratorias bajas de pacientes con inmunosupresión, ventilación mecánica, o en aquellos que a pesar de haberse empleado otras muestras respiratorias, no ha sido posible llegar al diagnóstico etiológico [4,6,7].…”