“…De los muchos destinatarios que podemos considerar como potenciales beneficiarios de la espiritualidad y del factor religioso sobre su salud, de forma específica, desde la antropología del trabajo, nos centraremos en el ámbito laboral y la población trabajadora. Como dice Meserve (1974), ninguna persona puede vivir sola: nos encontramos a nosotros mismos y llegamos a la autorrealización a medida que nos relacionamos con otras personas y grupos con los que compartimos amor, responsabilidad, trabajo, sufrimiento, risa, disfrute, creación, e incluso creencias sobre lo divino y lo humano. Levin y Markides (1985) consideran que el tema central de todo este asunto es la pregunta: "¿Qué es la religión?".…”