“…Sin embargo, las revisiones y meta-análisis realizados hasta la fecha encuentran que los tamaños del efecto de este tipo de intervenciones son pequeños y que, por lo tanto, la evidencia disponible acerca de la efectividad de estos programas es aún limitada (e.g., Arias, Arce y Vilariño, 2013;Babcock et al, 2004;Eckhardt, Murphy, Whitaker, Sprunger, Dykstra y Woodard, 2013). En este sentido, diversos autores plantean que determinados aspectos culturales podrían estar relacionados con resultados pobres en el tratamiento, altas tasas de abandono y reincidencia y baja asistencia a los programas, en concreto en relación a hombres agresores afroamericanos e inmigrantes latinoamericanos (Aldarondo, Kaufman, y Jasinski, 2002;Gondolf, 2004;López-Ossorio, González-Álvarez y Andrés-Pueyo, 2016;Taft, Murphy, Elliott y Keaser, 2011;Waller, 2016). A pesar del elevado número de inmigrantes que son derivados desde el sistema judicial a los programas de intervención con maltratadores (Carbajosa et al, 2011;Fernández-Montalvo, Echauri, Martínez, Azcárate y López-Goñi, 2015), aún es escasa la investigación en este colectivo.…”