“…De hecho, se logra comprobar en diferentes estudios que la presencia de dc es mayor en agresores sexuales -principalmente infantiles y con contacto-que en agresores sexuales por internet, sujetos violentos no sexuales y en población normalizada (Bartels y Merdian, 2016; Cepeda et al, 2016;De Vries et al, 2016;Elliott et al, 2009;Howitt y Sheldon, 2007;Kebbell et al, 2008;Navathe et al, 2008;Ó Ciardha, 2011). Además, se analizan múltiples variables contextuales, sociales e individuales que inciden en esta conducta sexual inadecuada y se relacionan con las dc (Boillat et al, 2017;Coxe y Holmes, 2009;Cuadra et al, 2014;Houtepen et al, 2014;Jung y Carlson, 2011; Sigre-Leirós et al, 2015), y se establecen tipos de dc específicas en agresores sexuales (Carvalho y Nobre, 2014;DeLong et al, 2010;Szumski et al, 2018).…”