Asumir la democracia comunal como un proceso emergente de experimentación, lucha y construcción continua dirige la mirada hacia la valoración de los aportes que hacen aquellos movimientos políticos que se forjan en el calor de la resistencia a las relaciones e instituciones de la actual sociedad capitalista, patriarcal, racista y colonial. Este artículo tracciona la reflexión hacia una experiencia de activismo político que parte del movimiento feminista contemporáneo en Argentina. A partir de un abordaje cualitativo de caso, abordamos la siguiente pregunta: ¿cuáles son los aportes políticos emergentes que la experiencia de organización feminista Casa Comunidad, de la ciudad de Córdoba, Argentina, hace a la democracia comunal? El principal resultado explica que las innovaciones políticas emergentes son dos: las autodefensas comunitarias y una reorganización del trabajo de cuidado como un trabajo comunitario. Pero la emergencia de estos sentidos y prácticas es inescindible de reclamos, demandas y necesidades no solo de sus protagonistas directas —mujeres de barrios populares de la ciudad de Córdoba—, sino también de otros sectores sociales organizados y en lucha, contemporáneos y pasados. Nuestros resultados pretenden aportar elementos teóricos y empíricos para, por un lado, precisar lo que significa el carácter emergente de las prácticas de democracia comunal; y, por otro, valorar los aportes del movimiento feminista en Argentina que, como parte de una experiencia latinoamericana más amplia, ofrece claves de “hacer democrático” que disputa los diagnósticos que asumen sin más el estancamiento, la baja calidad o la desafección política de nuestras sociedades respecto de la democracia.