“…Además, están quienes nos invitan a reflexionar sobre la relevancia de indagar no sólo sobre las tradiciones de investigación cualitativa que han circulado o circulan en la región, sino también sobre los debates que se han suscitado en torno a la aceptación o el cuestionamiento de estas tradiciones. Entre estos últimos podríamos mencionar, por ejemplo, un trabajo que analiza desde una perspectiva crítica tres movimientos que han tenido un lugar importante en el ámbito de la salud: la medicina social, los movimientos de base y los estudios socio-culturales (Mercado-Martínez, 2002). En esta reflexión Mercado-Martínez señala que la medicina social tiene retos que no puede dejar de atender, por ejemplo, la discusión sobre "las compatibilidades teóricas de posturas neomarxistas, postestructuralistas, crítico-interpretativas o feministas, que reconocen la utilidad de la investigación cualitativa frente a un pensamiento marxista ortodoxo, que se convirtió en la corriente hegemónica de la medicina social durante décadas" (p. 10).…”