“…Al no poder la sociedad regular las pasiones individuales, aparece el suicidio anómico, muestra de que las dinámicas que carecen de reglamentación y no se vinculan con las condiciones propias de la vida social a las que deben responder, no pueden evitar colisionar dolorosamente. Por esto, Reyes (2016) Existe una amplia gama de instrumentos que se han desarrollado para medir la anomia, e incluso hoy en día todavía se siguen desarrollando (Fandiño, Souza, Formiga, Menezes, & Bentes, 2015;Levina & Mārtinsone, 2017;Teymoori, 2016;Teymoori et al, 2016). Uno de los primeros instrumentos que se desarrollaron fue la Escala de Srole (1956), la cual se aproxima a la anomia desde los diversos aspectos psicológicos relacionados con ésta (Vera, Camino, Formiga, Yáñez & Bautista, 2013).…”