“…Al aumentar la complejidad y, a su vez, la experiencia de visionado, la calidad de la misma debe necesariamente estar basada en más parámetros para el caso tridimensional que para el caso bidimensional. Como se muestra en el estudio [43], nuevas características basadas en la información de disparidad y derivadas de la misma han de tenerse muy en cuenta a la hora de valorar la calidad de la experiencia estereoscópica, añadiendo así complejidad al ya de por sí elaborado sistema de asignación de calidad audiovisual. También se ha desarrollado mucho trabajo en el análisis relacional entre profundidad y movimiento, como recoge [44], donde se utiliza un filtrado para reducir el disconfort visual.…”