“…Era en el solar -y de manera eventual en la calle-donde con frecuencia se realizaban actividades diversas de carácter productivo o, simplemente, se le daba un uso como sitio de estar y aun de comedor, funciones, estas últimas, bastante difundidas en las regiones calurosas, de tal modo de que resultaba bastante común, además de recomendable, que el terreno estuviera sombreado por árboles o arbustos (2003, p. 48). Es ese espacio exterior el que usualmente aloja dos artefactos típicos de la vida campesina: el horno de barro y la letrina o baño externo (Pastor, 2000;Carvalho et al, 2016). En relación a los materiales constructivos utilizados en la construcción de la vivienda campesina, estos suelen cumplir el "principio de la economía de los medios" (Fals Borda, 1963, p. 48), es decir, que se utiliza esencialmente lo que está disponible en el lugar -piedras, madera, tierra, paja-en combinación con otros materiales de tipo urbano-industriales (Gutiérrez, 2015;Pastor, 2000;Piñeiro, 1985).…”