“…En el primero de ellos, el análisis del SP entronca más con el estudio de la promoción y de la carrera profesional en un entorno organizativo y de gestión dados que con el de la movilidad ocupacional estructural; son, por lo común, estudios de caso centrados en la movilidad "intra empresa", como el mencionado de Yap y Konrad (2009). En el segundo, el desafío es tener en cuenta los posibles sesgos que introducen unos modelos de análisis de movilidad y, más específicamente, de trayectorias laborales, que parecen recoger mejor la experiencia masculina, plasmada en una mayor tasa de actividad y en una menor correlación entre nivel de estudios y tasa de actividad (Dueñas et al 2016), en unas trayectorias continuadas a tiempo completo (Jacobs 1999) y en una distribución ocupacional que cubre un mayor espectro de situaciones que la femenina. Así, la movilidad ocupacional y las trayectorias laborales femeninas no solo estarían afectadas por las posibles discriminaciones hacia el progreso profesional de las mujeres, como las que se pueden dar en los procesos de selección y de promoción en la empresa (Baert, de Pauw y Deschacht 2016), sino por la segregación ocupacional horizontal que concentra a las mujeres en determinados sectores y ocupaciones que pueden presentar patrones específicos de progreso o de estancamiento profesional (Yamagata et al 1997).…”