INTRODUCCIÓNLos AH representan el 13% de los abscesos abdominales y el 48% de los viscerales (1). Su incidencia (5-20 casos/100.000 ingresos hospitalarios) permanece estable hasta la década de los años 70. Desde entonces, la incidencia se duplica (2,3), por varias razones: tratamientos inmunosupresores en pacientes oncológicos y en transplantados, manejo más agresivo de las enfermedades hepatobiliares y gran eficacia diagnóstica de ecografía (ECO), tomografía computarizada (TAC) y resonancia magnética abdominales (2-4).A pesar de todo, la mortalidad por AH ha disminuido, debido al diagnóstico precoz, la utilización de antibióticos más eficaces y el drenaje percutáneo mediante control de ECO o TAC (2-5).Por último, en la literatura médica consultada, existen estudios que intentan determinar factores predisponentes o de riesgo para padecer un AH así como factores pronósticos. En [0212-7199 (2008)