“…En ese sentido, deberíamos reparar que, desde el punto de vista performativo, 12 la palabra es voz y, por tanto, un producto corporal y material -todo el cuerpo está involucrado en el hablar. Por ello, según Harrop & Wiles (2008), los traductores deberían explorar también los modos en que los textos pueden ser capaces de sugerir modos de corporalidad y sistemas de movimiento, lo que significa prestar atención a la relación entre 'léxis' y 'schémata', para decirlo con términos griegos. Existiría la necesidad de que una traducción sea no solo 'decible', sino también 'movible', 'danzable', y para ello tendría que atender a toda información paralingüística o suprasegmental sugerida en el texto, como ritmos, pausas, entonación, cambios de tono y también de registro, silencios, y movimientos: "This corporeality of the spoken or sung word tends to be forgotten in a culture of the book, and it is symptomatic that discussion of embodiment has virtually vanished from academic discussions of drama in translation" (Harrop & Wiles, 2008:62).…”