“…En ese momento, se identificaron los prototipos que permeaban las tradiciones culturales y las prácticas de la sociedad y la familia colombiana, de forma tal que impedían o hacían al menos muy difícil la implementación de una política de equidad de género en el Ejército Nacional de Colombia, pues provocaban distorsiones de la percepción del rol de la mujer en la Fuerza. Para entonces, se continuaban las lógicas dicotómicas que separaban a los hombres y las mujeres en relación con la presunta capacidad de realizar tareas (Jaramillo, 2013).…”