“…En ambos casos se requiere de trabajo no sólo intersectorial, sino que interministerial para lograr la articulación con programas existentes del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) y el Ministerio de Justicia. Del mismo modo, somos conscientes de que nuestro país, si bien tiene un buen nivel de salud pública a nivel latinoamericano, al mismo tiempo presenta grandes problemas de inequidad, especialmente en salud mental (Araya, Rojas, Fritsch, Frank & Lewis, 2006;Frenz, Delgado, Kaufman & Harper, 2014;Gatica-Saavedra, Vicente, Vicente & Rubí, 2020); para cuya mejora es fundamental un aumento del presupuesto (Errázuriz, Valdés, Vöhringer & Calvo, 2015). Junto con el aumento presupuestario, se requiere trabajar en la implementación de una política de salud mental con un énfasis en promoción y prevención, que incluya como eje la participación ciudadana, y evite de forma activa la psicopatologización y estigmatizacíón del sufrimiento (Cova, Grandon, Saldivia, Inostroza & Novoa, 2019).…”