“…No obstante, se puede decir que ambos conceptos apuntan al buen actuar de los investigadores (5), sobre todo en ámbitos tales como el uso de los datos, al código de conducta que debe guiar a la relación entre investigadores, a la conducta del investigador con los sujetos de estudio, entre otras. En este sentido, los autores concuerdan en establecer un continuo de prácticas de menor a mayor gravedad(4), que van desde el diseño inicial del proyecto hasta la publicación y la revisión por pares, incluyendo prácticas relevancia, existe consenso de que las prácticas poco éticas en el mundo científico-editorial son un problema global (28,29), que incluye la publicación redundante, la excesiva auto citación, el intercambio de citas, la imposición de citas, las revisiones inadecuadas, la suplantación de identidad en la revisión de pares, la ejecución de publicaciones segmentadas, la imposición de sesgos en la publicación (29), la comunicación de datos fraudulentos (12,30,31), el plagio (32,33), el auto plagio (34), salami slicing (publicación inflada) (35), entre otros.…”