Perpetuating academic capitalism and maintaining gender orders through career practices in STEM in universities

Abstract

Academic capitalism is an outcome of the interplay between neoliberalism, globalisation, markets and universities (Slaughter and Leslie, 1997; 2001). Universities have embraced the commercialisation of knowledge, technology transfer and research funding as well as introducing performance and audit practices (Slaughter and Rhoades, 2000; 2004). Academic capitalism has become internalised as a regulatory mechanism by academics who attempt to accumulate academic capital (Morley, 2014). Universities are traditionally gendered organisations, reflecting the societal gender order. Despite fears regarding the feminisation of the academy, Thornton (2013, p. 128) argues that the embrace of academic capitalism is contributing to its re-masculinisation and exercises an incidental gender effect. Practicing is the means by which the gender order is constituted at work (Martin 2003, p. 354). Three practices in which academics engage are examined as exemplars of the way academics increase their academic capital stock in Science, Technology, Engineering and Maths (STEM) faculties in four European universities, in Bulgaria, Denmark, Ireland and Turkey. These practices tend to be more achievable and likely to be engaged in by men, thus, career practices are the mechanism through which the gender effect of academic capitalism is achieved, academic capitalism perpetuated and the gender order maintained in STEM in academia (200 words).

The differential impact of COVID‐19 on the work conditions of women and men academics during the lockdown

“…Such gendered construction in return results in creating and maintaining structural inequalities at all levels among which higher education institutions are no exception. In fact, universities have long been gendered with strong hierarchy and inequality between women and men academics, with the gap remaining wide in favour of the latter group (O’Hagan et al, 2019). Such structural inequality gets even more enhanced once women have children and caring responsibilities at home.…”

Reflexiones sobre los desafíos que enfrentan las académicas en el contexto del capitalismo académico

“…Estas diferencias son las que generan prácticas profesionales de género y que conforman el mecanismo, por medio del cual se perpetúa el capitalismo académico y se refuerzan las diferencias de género (O`Hagan, 2019). Leathwood (2017), por su parte señala que las mujeres han sido históricamente vistas como intrusas en la educación superior, puesto que las académicas continúan marginalizadas en la economía de la investigación y excluidas de las posiciones de investigación sénior, reciben menos fondos y tienen menos probabilidades de que su investigación sea considerada de excelencia, situación que podría facilitar la existencia de diferencias de género en la compensación del cuerpo académico (Johnson y Taylor, 2019).…”

“…De igual modo, el discurso de la masculinidad, en la cultura organizacional de la universidad, se manifiesta por el capitalismo académico que facilita las condiciones para que los académicos recapturen parte de su histórico privilegio derivado de la educación superior (Metcalfe y Slaughter, 2011). Es así como Kandiko, Coate y de St Croix (2017) sostienen que el prestigio se considera como un concepto de género, puesto que sus logros y recompensas tienden a favorecer a los hombres y desfavorecer a las mujeres, quienes están escasamente representadas en los cuerpos editoriales, sus publicaciones son menos citadas y en menor medida son invitadas como oradores principales en seminarios y congresos. Por lo tanto, se requieren esfuerzos para incrementar la participación de las mujeres en la presentación de manuscritos, con el fin de permitir su avance y retención en la ciencia (Lerback y Hanson, 2017).…”

“…De acuerdo con Morley (2018), en la educación superior las mujeres han discutido respecto al mérito, el cual funciona como un refuerzo para la ventaja masculina, pues recompensa aspectos que ellos hacen bien, como sucede con la dedicación exclusiva a la investigación y publicación por periodos prolongados, con importantes oportunidades de patrocinio y desarrollo, y sin otras responsabilidades como el cuidado del hogar. Asimismo, O´Connor et al (2017) en su estudio observó que tanto hombres como mujeres destacaron la imagen monástica del científico y su tensión con la vida familiar, puesto que las responsabilidades domésticas y afectivas impactan más a las mujeres. En efecto, las mujeres del cuerpo académico enfrentan el desafío de conciliar el trabajo y la familia (Véliz, 2019).…”

Announcement of Retraction

“…These roles and positions are socially constructed; where the social context defines relatively fixed composes of roles and responsibilities for both women and men (McRobbie, 2009). Any gender-based construct would usually create structural gender inequality and maintain it in social reality through socialization (O'Hagan et al, 2019). From feminist perspective, gender inequality against women is linked primarily to confining their role in the private sphere; especially within the family as a housewife who has to do household chores (Haney, 2000).…”