Pereda o la novela idilio

Pereda pintado por sí mismo (1851-1906). Un epistolario

“…45 Por consejo de Menéndez Pelayo (carta 133), envió un ejemplar a Valera y otro a Alarcón, pero éstos no acusaron recibo. Montesinos observa la indiferencia, y aun el desvío de Alarcón y de Valera hacia Pereda, y hacia sus obras, que nunca reseñaron (Montesinos: 1969: 161 nota 2). Sin embargo, Valera fue, junto con Menéndez Pelayo y Tamayo y Baus, quien firmó la propuesta de Pereda para entrar en la Academia y quien le presentó en ella.…”

“…Como advirtieron Montero (1919), Cossío (1934), Jean Camp (1937), Montesinos (1969), Gullón (1944) y González Herrán (1983) parece indudable que tras la polémica con Galdós en torno a Gloria, De tal palo, (que algún crítico llamó «la contra-Gloria»), se escribió como demostración práctica de su propia tesis frente a la defendida por Galdós en la suya.…”

“…¡Tendría que ver esa tela entre mis manos!» (carta 333). Pero tanto Montesinos (1969: 49) como Bonet (1980 advirtieron un antecedente en La mujer del César (1870), una obra temprana del propio Pereda. Como advierte Montesinos para entonces había no pocas novelas «en que se oponía a la depravación aristocrática la pureza de almas de extracción humilde, con otras inocentadas así; desde los folletinistas que seguían a Sue hasta ciertos relatos del P. Coloma, preludio de Pequeñeces» (Montesinos: 1969: 183-184).…”

“…«Ocupábame de preparar los Esbozos para imprimirles»escribía a Laverde a principios de 1880 -«cuando me asaltó la idea de esta otra novela; y por aquello de que cuando pasan rábanos ... dejé de mano lo que no había de escapárseme ya, y púseme a escribir De tal palo, tal astilla, que este es el título de mi nueva obra» (carta 168), lo que repetirá después casi con las mismas palabras en el prólogo «Al pío lector» (1880). Como advirtieron Montero (1919), Cossío (1934), Jean Camp (1937), Montesinos (1969), Gullón (1944) y González Herrán (1983) parece indudable que tras la polémica con Galdós en torno a Gloria, De tal palo, (que algún crítico llamó «la contra-Gloria»), se escribió como demostración práctica de su propia tesis frente a la defendida por Galdós en la suya. Para Eamonn J. Rodgers, esta decisión de Pereda fue provocado por el clima de controversia religiosa de entonces, y más íntimamente por las novelas 'volterianas' de Galdós, y considera De tal palo, tal astilla una respuesta no solo a Gloria sino también a La familia de Leon Roch (Rodgers: 1991: 359).…”