“…Pese a que en el contexto por él estudiado no serían relevantes las manifestaciones de arte rupestre (1998, ff21), resulta evidente que las rocas grabadas de la región del medio Caquetá se constituyen en verdaderos 'topogramas' que han adquirido su actual configuración como resultado de actividades transformativas pretéritas, de seres humanos o sobrenaturales. El corpus de arte rupestre petrograbado del río Caquetá se suma a los hallazgos de una región más extensa, que incluye el noroeste Amazónico, regiones del medio-alto Orinoco, y las Guayanas (Koch-Grünberg 2010; Riris & Oliver 2019;Scolfaro et al 2013;Williams 1985), con los que existen múltiples similitudes. En este sentido, los comentarios de Reichel (2012) sobre los Tanimuka y Yukuna, en orden a que los mitos y la historia oral se refieren a la creación de los ecosistemas locales por seres sobrenaturales y ancestros, cuyos 'actos fundacionales' quedan marcados en aspectos topográficos, la trayectoria de los ríos, la forma del relieve, y las inscripciones en petroglifos, son sin duda extensibles a la mayor parte de los pueblos indígenas de esta extensa región.…”