“…Realizar ejercicio genera beneficios como la interacción social y mejor manejo del ocio, la autopercepción y el rendimiento físico, que contribuyen a la salud física y mental45 .En tanto, el consumo abusivo y dependiente de alcohol puede generar vulnerabilidad en el estudiante y ocasionar depresión46 , sobre todo si se considera que el estrés psicosocial, junto a condiciones adversas, constituyen un factor de riesgo para los trastornos por abuso y dependencia a sustancias adictivas4 .Por otro lado, las dietas no balanceadas se asocian con ansiedad 27 y estrés, lo que también se observa en estudiantes de ciencias de la salud. La relación de ansiedad, estrés y depresión con una alimentación no saludable que señalan algunos estudios47 es debido a la falta de habilidad en la gestión del tiempo, pues muchas veces se opta por alimentos procesados que suelen ser altos en sodio y grasas trans, los cuales favorecen un ambiente intestinal desequilibrado que producen cambios de señalización hormonal que causan inflamación, conduciendo a trastornos como ansiedad y depresión48 , manteniendo un ciclo de baja energía para realizar otras tareas o cambio de hábitos.En cuanto a la calidad del sueño, la presencia de problemas para dormir coincide con otros estudios realizados en estudiantes universitarios, donde aquellos que presentaron estrés manifestaron a su vez alteraciones del sueño17,49 , lo que impide un descanso adecuado y sueño reparador, producto de las múltiples exigencias académicas 6,13,32,36,42 y clínicas 1,28,41 como la inseguridad que poseen los estudiantes por falta de experiencia 32 y entrenamiento28 , así como el bajo nivel de habilidades sociales, personales 1,28,41 y disponibilidad de tiempo para tener hábitos saludables que contrarresten su malestar psicológico4,13,26 .CONCLUSIONESLa clasificación de los factores asociados al malestar psicológico en sociodemográficos, académicos y de estilos de vida en los estudiantes de enfermería facilitó el abordaje de los resultados de esta revisión. Es trascendental el compromiso de las instituciones de educación superior y escuelas de enfermería o ciencias de la salud para convertirse en los principales gestores de iniciativas que colaboren en la disminución de los actuales índices de malestar psicológico y potencien la salud integral de los estudiantes, considerando que estos jóvenes se encuentran más vulnerables a presentar ansiedad, estrés o depresión en la vida universitaria.…”