En los diferentes contextos rurales perjudicados por el clientelismo y el abandono, las comunidades locales depositan en la escuela —única institución formadora que opera de forma continua allí— sus esperanzas de una generación futura con mayor conciencia social y política. En tal sentido, el presente artículo indaga las significaciones sobre participación escolar que comparte un grupo de actores sociales vinculados a tres instituciones educativas rurales del Caribe colombiano. Se diseñó una investigación etnográfica de corte cualitativo en la que se usaron tres tipos de técnicas: la observación participante, la entrevista individual semiestructurada y el grupo de discusión. Los resultados evidencian que en la escuela cohabitan tres fenómenos que problematizan tanto la formación como el ejercicio de la participación estudiantil: las visiones adultocéntricas, los autoritarismos y las prácticas de represión. Se concluye que, si la escuela pretende contribuir a la formación de jóvenes participativos, más allá de insistir en los mecanismos institucionales —como única vía para el ejercicio democrático—, se requiere resignificar las formas auténticas en que ellos mismos manifiestan su protagonismo y participación.