“…Este nervio puede presentar una parálisis completa donde se encuentra ptosis palpebral, estrabismo divergente, diplopía y midriasis paralítica; o una parálisis parcial o incompleta donde se afecta en forma aislada algunos músculos oculomotores, sin compromiso de la pupila, de igual pueden ser congénitas o adquiridas 5,6 . Las parálisis pediátricas del nervio oculomotor son trastornos poco frecuentes 7 , con diferentes mecanismos etiológicos dividiéndose ya sea por su localización según su recorrido, a nivel del tronco cerebral, espacio subaracnoideo, seno cavernoso o a nivel orbitario; o por sus causas, en congénitas, traumáticas, infecciosas, tumorales, vasculares, tóxicas y desmielinizantes 8 , que difieren de los casos en adultos, donde predominan las causas de aneurismas y microvasculares 9,10,11 .…”