“…No obstante, para estos estudios es importante definir que, el dolor es un síntoma dependiente de cada individuo, subjetivo, difícil de valorar, y dependiente del evaluador (Vallecilla, 2016). Por tanto, se han desarrollado diversas escalas que realizan mediciones objetivas y subjetivas del dolor (Hernandez-Avalos et al, 2019), entre ellas la escala para la evaluación del dolor posoperatorio en perros de la Universidad de Melbourne, que evalúa respuestas comportamentales, cambios de conducta y datos fisiológicos, antes y después del procedimiento (Pohl et al, 2011;Vallecilla, 2016); y la escala creada por la Universidad de Glasgow, que comprende valoraciones de la actitud general, postura, movilidad, atención al medio, vocalización y respuesta al tacto cerca del área lesionada, a distancia y en contacto con el paciente (Reid et al, 2007;Canfrán, 2021), ambas con una eficacia similar (Silva et al, 2016;Hidalgo et al, 2021;Acosta et al, 2022). Aun así, los datos cuantitativos resultantes de la aplicación de estas escalas pueden ser sesgados por factores intrínsecos del paciente y del evaluador (Grimm et al, 2013).…”