One Local Dimension of a Global Project: The Introduction of the Monitorial System of Education in Post‐Independent Chile, 1821–1833

Abstract

This article explores the reception and adaptation of the Monitorial system of education in Chile after the struggles for independence. This process was characterised by the confluence of the 'civilising' discourses of those who diffused (the Quakers of the British and Foreign School Society and the British and Foreign Bible Society) and received (the Chilean liberal elite and Catholic clergy) the system. As a result, the original model was adapted to local circumstances and interests during the 1820s, according to the specific type of citizen that the political leaders sought for the new republic of Chile.

José Bernardo Suárez: un agente de la educación popular y su visión sobre la instrucción primaria en Chile (1867)

“…El dato lo ubica en aquel sector social que respondió al llamado del gobierno, de baja condición económica, pero con aspiraciones a mejorar dicha condición aprovechando su formación. Entre los datos que aporta Figueroa acerca de sus estudios, destaca su asistencia a la escuela particular del maestro Juan Barrera (1830), estudios de latín en el Convento de San Francisco bajo el sistema lancasteriano, y de filosofía escolástica en el de la Merced (Iturriaga, 1989;Baeza, 2017aBaeza, , 2017bBaeza, , 2018Figueroa, 1896: 27). 5 En consonancia con dichas aspiraciones, en 1840, con solo dieciocho años, fundaba su propia escuela en calle San Francisco para enseñar escritura moderna, a la par que un profesor le enseñaba caligrafía inglesa, para abandonar la española, considerada en desuso (Figueroa, 1896: 28).…”

“…Además, el informe dejaba entrever una crítica aguda al cultivo de la memoria por encima del desarrollo de la inteligencia, lo cual hoy es considerado como expresión de la educación "tradicional" heredada en el siglo XVIII, de las enseñanzas de Comenio: "enseñar todo a todos", y que tenía como base la enseñanza de mucho contenido que debía ser memorizado, fundamentalmente del ámbito de las humanidades (Suárez, 1869: 18, 23;Abbagnano y Visalberghi: 2007:305). A la par, se puede percibir bajo aquella crítica otra velada al sistema educativo colonial español, derivado precisamente del enciclopedismo que predominaba en el ámbito europeo y que privaba a los hombres americanos del raciocinio, según el pensamiento de nuestro autor; en este sentido cabe destacar su actitud tajante al afirmar que debía abandonarse este sistema, a fin de formar hombres pensantes, capaces de hablar y razonar, en forma coherente (Baeza, 2017a(Baeza, , 2017b(Baeza, , 2018. 10 Tomaba como ejemplo las cámaras legislativas chilenas, cuyos miembros en su mayoría no eran capaces de expresarse ante el público, a pesar de haberse educado en los mejores colegios de la república.…”

Difusión, pervivencia y obsolescencia del sistema lancasteriano de enseñanza en Chile: del desorden sistemático a la uniformidad en torno al sistema simultáneo, 1832-1860

“…7 Quizás por su experiencia como intendente, la preocupación de Pinto por la educación pública iba más allá del rol del Instituto Nacional, el que a esas alturas ya era considerado más bien un bastión del peluconismo (Serrano, 2016: 58). Sabiendo, además, que su hombre favorito en materias educacionales, José Joaquín de Mora, difícilmente sería admitido como profesor, optó por apoyar a este en su estrate-gia de fundar una institución secundaria alternativa, el Liceo de Chile (Roldán Vera, 2005;Baeza, 2017). Esto tuvo serias repercusiones al interior del Instituto, no tanto por la "competencia" que se había instalado, sino que por la opción de Pinto de financiar el proyecto de De Mora con 42 becas.…”

“…Además, tampoco es coincidencia el rol protagónico del propio Mora. Su liceo era una institución secundaria, pero completamente organizada bajo el modelo de Lancaster, el cual conocía a la perfección luego de su larga estadía en Londres durante la década de 1810 (Roldán Vera, 2005;Baeza, 2017). Fue allí donde trabajó como traductor de varios manuales, textos y catecismos en la librería de Rudolph Ackerman, que fueron utilizados en varias escuelas lancasterianas de Hispanoamérica (Roldán Vera, 2003;Iglesias Rogers, 2017: 330).…”