“…Al conocer esa "lógica" es posible explicar y comprender por qué presenta ese comportamiento "anormal" como vestirse de determinada manera, hablar sólo, esconderse, reír o gritar sin aparente motivo, realizar ciertos rituales como lavarse las manos continuamente, incluso agredir.En el caso académico que nos ocupa, cuando se declara la inviabilidad del fundacionismo es necesario publicar libros, artículos, defender tesis para "dar razones", justificar esas visiones contra el fundacionismo. Pero ahora, esas razones se encuentran dentro de la actividad de los científicos, sus intenciones, creencias, lenguajes, consensos, lo que convierte al autodeclarado anti-fundacionismo en un fundacionismo inmanente.En efecto, para fundamentar el conocimiento científico ahora se recurre a los marcos referenciales (paradigmas, tradiciones) que las comunidades científicas eligen por consenso para desarrollar su actividad científica, por lo que la sociología del conocimiento se convierte en la herramienta teorética que permite comprender qué es y cómo se hace la ciencia(Kuhn, 1996;Laudan, 1986;Merton, 1973;Ziman, 1972); o bien se acude al pragmatismo para cumplir esa función justificativa(Buschman, 2017;Dewey, 1998;James, 2011;Peirce, 1986); o finalmente, se explica el fenómeno de la ciencia como una especie de conductismo Palabra Clave (La Plata), abril-septiembre 2021, vol. 10, n° 2, e121.ISSN 1853-9912…”