“…La exposición prolongada a estos problemas psicológicos puede mermar sus resultados y rendimiento académico, provocando frustración y tristeza que, a su vez, agravan la ansiedad y el estrés, generando así un círculo vicioso del cual es complicado salir sin las herramientas adecuadas, más aún en condiciones de aislamiento prolongado e inestabilidad política y social, fruto de una pandemia a nivel global (Ariza-Hernández, 2017;Espinosa et al, 2021;González et al, 2019;Huaman & Suarez, 2021;Pereira & Vidal, 2021). Debido a ello, proporcionar recursos de afrontamiento ante el estrés académico y sus problemas derivados, tales como el bajo rendimiento académico, puede contribuir con una mejora significativa del rendimiento en los estudiantes, ofreciéndoles una gama de estrategias que podrían utilizar ante momentos estresantes y que se desempeñarían como factores protectores ante las exigencias propias del ámbito educativo superior (Asenjo-Alarcón et al, 2021;Canedo et al, 2021;Gil & Fernández, 2021).…”