“…Siempre bajo el enfoque cultural y sociodemográfico, la literatura indica que existe un menor apoyo al MI en personas religiosas (Olson, Cadge, y Harrison 2006;Andersen y Fetner 2008;Adamczyk y Pitt 2009;Sherkat et al 2011;Akker, Ploeg y Scheepers, 2013), en personas que sostienen creencias fundamentalistas (Wilkinson, 2004;Altemeyer y Hunsberger, 1992), de mayor edad (Andersen y Fetner 2008;Adamczyk y Pitt, 2009), en hombres (Wilcox y Wolpert, 2000), en personas casadas o que viven juntas como si lo estuviesen (Díez y Dion, 2018), en personas con un mayor número de hijos (Adamczyk y Pitt, 2009), y en personas que cuentan con círculos significativos en las que un número importante de los contactos son religiosos (Hodges y Lohan, 2012).…”