“…Respecto de los objetivos, la idea central es que el campo habría mutado desde demandas centradas en el financiamiento y el mejoramiento de la calidad educativa a un cuestionamiento global al modelo de mercado que rige al sistema de educación superior (Bellei, Cabalín y Orellana, 2014;Somma, 2012;Espinoza y González, 2014), apelando a transformaciones de corte estructural al sistema (Salinas y Fraser, 2012). Respecto de las tácticas, algunos autores han destacado la centralidad de la marcha como táctica del movimiento (Guzmán-Concha, 2012), mientras otros han relevado el aumento y protagonismo en la última década de un conjunto de repertorios de acción, que incluye desde la ocupación de establecimientos educacionales a las protestas performáticas y/o culturales (Cabalín, 2012;Cabalín y Orellana, 2014;Paredes, Ortiz y Araya, 2018;Ponce y Miranda, 2016;Salinas y Fraser, 2012).…”