“…Numerosos factores se han asociado con un mayor riesgo de DA, entre los que destaca la localización de la anastomosis: el riesgo es mayor en anastomosis más distales, más cercanas al margen anal, que en aquellas más proximales [1][2][3]5,6 . La presentación clínica dependerá de la localización intraperitoneal o extraperitoneal de la anastomosis, de modo que en las DA intraperitoneales predominan los signos de peritonitis y sepsis, mientras que las de localización extraperitoneal, como frecuentemente ocurre en la RAR, cursan de un modo más larvado 7 , con frecuencia en forma de fístulas y sinus anastomóticos crónicos, en el 5% de las RAR a pesar del uso de estomas derivativos 10 . De este modo, aquellos casos de DA intraperitoneal que cursen en forma de peritonitis y sepsis requerirán un tratamiento quirúrgico agresivo y urgente, mientras que en casos de DA extraperitoneal, con presentación clínica más larvada, el manejo conservador mediante antibiótico o drenaje percutáneo, o ambos, es una opción de tratamiento aceptada.…”