“…Las prácticas parentales para la SS favorecen la alfabetización sexual en los hijos, es decir, informan, desarrollan habilidades de prevención y una actitud positiva hacia vivir una vida sexual saludable (Oluwatosin y Famoriyo, 2014); por tanto, se torna relevante identificar aquellas prácticas parentales de SS que la promueven. Las revisiones de Kotchick et al (2001) y Newman et al (2008), y los meta-análisis de Dittus et al (2015) y Widman et al (2016), así como los estudios de Jaccard et al (1996) y Nogueira-Avelar e Silva et al (2016) muestran que las prácticas parentales de SS de mayor impacto son la supervisión, la comunicación sexual verbal y la calidad/cercanía de la relación entre padres e hijos. Lo anterior no quiere decir que son las únicas prácticas parentales de SS que los padres utilizan, por el contrario, el espectro de comportamientos parentales para la SS es muy amplio; por ejemplo, el modelado de conductas y actitudes referidas al sexo (Kotchick et al, 2001), el ejercicio del control psicológico y la disciplina para proteger a los hijos (Kincaid et al, 2012), el rechazo y desaprobación de acciones y actitudes sobre el coito (Jaccard et al, 1996;Bersamin et al, 2008), la permisividad sexual (Lottes y Kuriloff, 2010), el control parental de los medios de comunicación y restricción de contenidos para adultos (Bersamin et al, 2008) así como la regulación para la forma de vestir, las relaciones con amigos, pareja y las salidas nocturnas, las citas y el noviazgo (Kim, 2009), la aplicación de normas sobre amigos (Dittus et al, 2015), la comunicación no verbal sobre sexo (Ward y Wyatt, 1994), solo por mencionar algunas.…”