Modelo territorial innovador y articulación urbana en el poniente almeriense

Abstract

El Poniente Almeriense es hoy un espacio altamente productivo que cuenta con una economía diversificada sostenida en la agricultura intensiva de alta tecnificación, la industria agroalimentaria, los servicios a empresas y el turismo de sol y playa. Así mismo, se ha consolidado como un territorio competitivo y con capacidad de adaptación a la realidad económica globalizada, propicio a la innovación empresarial y territorial. Pero el desarrollo y consagración de este modelo económico ha acarreado profundas transformaciones urbanas y territoriales que han reconfigurado por completo esta comarca, y todo ello en un marco de insostenibilidad ecológica marcado por la depredación de recursos muy escasos. El presente trabajo aborda, a partir del análisis de la dinámica territorial que configuró este espacio desde mediados del siglo XX, los principales efectos de estas transformaciones, focalizando nuestra atención en la dinámica urbana y los procesos de innovación territorial acaecidos en estos años.

Recursos territoriales y sistema productivo local en la rambla de Albuñol (Granada, SE de España)

“…Sin ir más lejos es en esta rambla donde surge a mediados del siglo XIX la formulación moderna de la técnica del enarenado, origen, en feliz conjugación con las estructuras alambradas del parral de Berja en la segunda mitad del XX, de los invernaderos contemporáneos. Esta tipología de cultivo ocupa hoy decenas de miles de hectáreas y centra la vida económica de comarcas enteras de Granada, Almería y Murcia (Gil Meseguer & Gómez Espín, 2011;Sánchez Escolano, 2013).…”

Agricultural cooperatives remaining competitive in a globalised food system: At what cost to members, the cooperative movement and food sustainability?

“…During the 1960s and early 1970s, underground water found under some 30,000 ha gave the area the status of a designated zone of national interest; soon, Franco’s regime introduced wells and basic pumps in an attempt to increase agricultural production (Giagnocavo, 2012). The first greenhouse was built in 1961 and by 1976, 3081 ha were covered in plastic; this area grew to 9657 ha by 1984 and doubled to 18,694 in 1999 (Sánchez Escolano, 2013). The figures from 2015 reveal an ongoing expansion; with the area dedicated to intensive greenhouse cultivation reaching 29,596 ha, it is one of the few human-made constructions, commonly known as the ‘sea of plastic’, visible from space (Europa Press, 2015).…”